Identificar las herramientas adecuadas es crucial para alcanzar el máximo rendimiento en cualquier puesto de trabajo. Por ello, unos objetivos y puntos de referencia claramente definidos permitirán a las personas seguir sus progresos y medir el éxito, alcanzando todo su potencial.

CONTROLAR EL ESTRÉS

El estrés es una parte inevitable, especialmente en entornos laborales de alta presión. Aunque un poco de estrés puede motivarnos, demasiado puede llegar a ser abrumador y contraproducente. Algunas recomendaciones para mantener el estrés bajo control son el mindfulness, autocuidado y, sobre todo, fijar los límites que podemos y queremos abarcar. Más sobre cómo gestionarlo y cómo aumentar nuestra energía, incluido claves sobre el pensamiento positivo y la alimentación que tiene un efecto directo sobre nuestros pensamientos, en la sección “Guía de transformación” en el libro Éxito con Sentido.

PRACTICA EL MINDFULNESS

Estar presente a través de la respiración consciente, la meditación, el yoga o los ejercicios de artes marciales ayudan a desactivar la respuesta del cuerpo al estrés. Incluso tomarse unos minutos para estar quieto y concentrarse en la respiración puede marcar la diferencia. Aplicaciones como Calm y Headspace ofrecen excelentes ejercicios guiados de atención plena.

PRIORIZA EL AUTOCUIDADO

Asegúrate de atender tus necesidades básicas: duerme lo suficiente, come alimentos nutritivos, haz ejercicio con regularidad y reserva tiempo para relajarte. Unos sencillos hábitos de autocuidado ayudan mucho a controlar el estrés, así que dedica tiempo de tu agenda al bienestar.

FIJA LÍMITES

No te comprometas en exceso. Aprende a decir “NO” cuando sea necesario y se realista sobre lo que puedes conseguir. Comunica claramente tus limitaciones a jefes y compañeros. Aprender a priorizar, delegar y formar a tu equipo también es importante. Protege tu tiempo personal. Todo ello te llevará a ser más eficiente y productivo.

REPLANTEA LOS PENSAMIENTOS

La manera en que pensamos sobre los factores estresantes determina cómo respondemos. Así pues, intenta replantear las situaciones intensas desde una perspectiva más constructiva. Busca oportunidades para aprender y crecer. Céntrate en lo que puedes controlar, siendo proactivo en vez de reactivo. El pensamiento positivo se puede entrenar.

IDENTIFICA LOS DESENCADENANTES

Observa cuándo te sientes más abrumado y qué suele desencadenar tu respuesta al estrés. ¿Son determinadas personas, tareas o momentos del día? Observar los patrones te ayudará a anticiparte y a gestionar mejor los factores estresantes.

FOMENTAR EQUIPOS EFICACES

En el mundo laboral actual, gran parte de nuestro éxito depende de lo bien que colaboremos con los demás. Los equipos que se comunican asertivamente y trabajan juntos con cohesión superan a los grupos de individuos. Algunos consejos para ser un buen jugador de equipo incluyen:

Cultivar la inteligencia emocional

La inteligencia emocional nos permite ser conscientes de nuestras propias emociones y leer las de los demás. Tener empatía y relacionarse bien con los compañeros mejora las condiciones de trabajo en general. Existen herramientas interesantes para identificar las mejores formas de construir un equipo líder de alto rendimiento, como la evaluación Clifton Strengths y la comprensión de los tipos de Eneagrama.

Ofrece comentarios de alto valor añadido

Comparte regularmente feedback para reforzar los comportamientos que contribuyen al equipo. Enmarcar las críticas útiles y valiosas de forma constructiva, centrándose en la cuestión y no en la persona. Mostrar nuestra propia vulnerabilidad inspira a los demás a compartir genuinamente sus preocupaciones.

Escuchar activamente

Cuando otros hablen, deja a un lado las distracciones y haz un esfuerzo por comprender plenamente lo que dicen. Reflexiona sobre los puntos clave para demostrar que estás implicado. Las relaciones auténticas con una comunicación verdadera dan sus frutos y nos hacen avanzar.

Comparte el reconocimiento

Asegúrate de destacar a los miembros del equipo que hacen un gran trabajo. Reconoce públicamente sus contribuciones y recomiéndales para oportunidades: la generosidad de espíritu fomenta la cooperación. Los incentivos y el entusiasmo son fundamentales, pues mantienen al equipo activo y motivado.

Visualizar los objetivos

Centrarse en alinear las metas individuales para apoyar los objetivos colectivos. Desarrollar una visión común para la dirección, una misión compartida para la inspiración, basada en valores para un camino integral, y métricas definidas para alcanzar el éxito. Si hay alineación, el éxito será una consecuencia que se celebrará como victorias del grupo.

Podemos prosperar en nuestro trabajo gestionando eficazmente el estrés y relacionándonos bien con quienes nos rodean. Aunque hay muchos otros factores que contribuyen al éxito, dominar estas dos habilidades esenciales proporciona una base fundamental. Por eso insisto en subrayar en mi libro Éxito con sentido que cuidar de nosotros mismos y trabajar juntos en armonía nos permite vivir vidas más plenas y significativas, y desarrollar nuestra mejor versión.

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