¿Para qué y por qué estamos aquí?
Esta pregunta a mi entender es esencial para poder encarar nuestro día a día de una forma proactiva en vez de reactiva y solventar cualquier problema que se nos presente.
Esto solo es un pequeño intento de descifrar el sentido de la vida. Después de muchos años de cursos, retiros, viajes, indagar en escrituras ancestrales, reflexionar, buscar la respuesta fuera, así como dentro de mí, y sobre todo experimentar, he descubierto algunas claves fundamentales. Animo a cada uno a la introspección y a la experiencia por su cuenta para tener certeza.
Supongo que en la vida se trata de evolucionar o crecer: Todo lo que nos llega son por un lado las consecuencias de nuestros pensamientos, palabras y acciones. No existe la casualidad ni la suerte. Todo está regido bajo la ley de causa y efecto o ley del karma. Y lo tendremos que sobrellevar de la mejor manera posible porque es lo que en un momento dado en el pasado (aunque ya no nos acordemos) hemos sembrado. Y por otro lado, lo que nos ocurra en la vida es justo lo que necesitamos para avanzar. Porque, lo que viene, conviene. Si queremos que una situación varíe debemos de cambiar primero la forma de pensar, hablar y actuar. El exterior es un fiel reflejo de nuestro interior.
Desbloquea lo que te tiene atrapado, interpreta los mensajes, progresa con lo que te está sucediendo, y tu porvenir podrá ser diferente, somos los creadores de nuestro propio destino. Buda señalaba: «Si quieres conocer tu pasado, entonces mira tu presente que es el resultado».
Si pretendes conocer tu futuro, mira tu presente que es la causa.
Se podría decir por ejemplo que el dinero no garantiza la felicidad pero que ayuda a obtenerla. Desear más sería lo que nuestra mente quiere, pero no lo que nuestra alma necesita. La razón de la existencia es aprender y finalmente experimentar la unidad con el todo, detectar aquello permanente e infinito dentro de nosotros. Entonces, para ello cada uno tendrá sus propios retos que superar y enseñanzas que descifrar.
Hemos nacido para discernir y desapegarnos de todo lo que cambia para darnos cuenta de que somos más que cuerpo y mente, acercándonos a esa Verdad última. Los sabios apuntan que ello se consigue a través de la meditación. Después todo adquiere sentido, ya no hay dudas ni preguntas, das tu 100%, tu mejor versión, y confías (sin exigir resultados concretos) en que lo que llega te hará avanzar y te llevará más cerca a descubrir tu verdadera naturaleza.
Sentirás paz interior y esa te valdrá para afrontar tu día a día y vida entera venga como venga, con dificultades en ciertos momentos, pero podrás con ello porque lo verás con otros ojos, cobrará significado.
Y siempre puedes realizar este sencillo ejercicio: ¿Qué he aprendido hoy? ¿A quién he ayudado o sido útil? ¿Por qué doy gracias?
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